Mamá lo controla todo, desde que su
hijo es pequeño, es un sentido innato en la mujer, sobre todo con sus
cachorros, decide cada paso que el niño debe tomar, mamá coordina y organiza la
vida de su bebé, y está claro que debe ser así, al menos al principio de su
vida. Lo que ocurre es que no siempre debe ser así, el bebé crece, madura,
empieza a hablar y empieza a tener sus propios gustos. El reconocer eso como
madre es difícil, muy difícil, porque una madre siempre piensa que sabe qué es
lo mejor para su hijo/a, nos creemos Dios como madres, sabiendo cuales son las
necesidades de nuestros hijos. Y sin embargo, es una gran mentira, porque no
podemos saber qué es lo mejor para ellos, incluso aunque lo hagamos con las
mejores intenciones del mundo.
Las madres y los padres por lo
general no estamos conformes con nada de lo que hagan nuestros hijos, ni nos
gusta que se agobien a actividades, ni nos gusta que no quieran hacer nada,
solo nos gusta si ellos hacen exactamente lo que nosotros consideramos que es
lo normal o lo mejor para ellos. Y nada más, esta es la lucha constante que
tenemos con ellos, por un lado que sean lo que quieran ser y les haga felices,
que hagan lo que quieran hacer, que estudien donde quieran y lo que quieran estudiar,
decimos con orgullo, pero en realidad es mentira, una gran mentira que decimos
con la boca pequeña, para auto-convencernos de que somos buenos padres, aunque
el mayor peso suele llevarlo la madre, que insiste en hacer y decir todo lo
posible, para conseguir que el niño/a haga lo que deba hacer (según los propios criterios de la madre o el
padre)
¿Qué es entonces lo que estamos
haciendo con nuestros hijos? Lo primero volverlos locos, porque intentamos
descubrir que es lo que más desean hacer en cada momento de su vida, y a la
vez, ya les decimos nosotros qué es lo que tienen que hacer, entonces, ¿para
qué preguntamos? ¿Para qué les manipulamos? ¿Será que no queremos soltarles las
riendas? ¿Qué es lo que estamos haciendo con los hijos? ¿Así son mejores hijos,
personas , y a los ojos de quién?
Lo que estamos haciendo es
controlarlos, manipularlos y enseñarles a que no saben hacer ni decidir nada
solos. Si es cierto, que muchas veces sí sabemos que es lo mejor para ellos, no
solo eso, sino que sabemos qué es lo que desean realmente, mas ellos no se dan
cuenta. Pero no queremos dejarlos decidir ni hacer nada que no nos parezca
conveniente. ¿Conveniente para quién? Si no les dejamos parte de libertad, no
aprenderán de sus errores, estamos creando hijos que de adultos no sabrán
aprender y sí sabrán culpar al resto del mundo de su mala suerte, es más, no
los enseñamos a tomar decisiones por sí mismos porque para eso ya decidimos
nosotros.
Empezamos por cosas tan simples como
no dejarles hacer los deberes solos, nos sentamos a su lado y les ayudamos y
explicamos todo lo que haga falta para que lleven bien sus ejercicios y después
se sientan orgullosos de su trabajo, ¿pero cómo se van a sentir orgullosos de
un trabajo que no es suyo? Porque no se han esforzado lo más mínimo, no han intentado
recordar lo aprendido en el cole, se quedan esperando que nosotros les demos
las respuestas y las explicaciones. Es más, llega más allá, ¿para qué van a atender
en clase, si luego tengo quién me explique y me diga cómo se hacen los
ejercicios? Así estamos creando verdadero inútiles, y personas que dependen de
los demás para hacer cualquier cosa, les estamos enseñando que no pueden hacer
las cosas solos, que siempre van a necesitar la ayuda de alguien externo a
ellos mismos. Después nos preocupamos de por qué los niños no tienen suficiente
autoestima, y los apuntamos a talleres de autoestima para que se sientan mejor,
no conozco mejor manera de desestabilizarlos. Y ya sé que esto se hace con la
mejor intención, y es muy bueno corregir nuestros propios errores, pero si
después, seguimos haciendo lo mismo les volvemos a dar las mismas
"lecciones".
Mis queridas mamás y mis queridos
papás; corten el cordón umbilical, se acabó ya de querer hacer de nuestros
hijos niños perfectos, no pueden ser felices si no conocen el fracaso, si no
aprenden a superarlo, si no aprenden a gestionar sus emociones, si no hay
frustración no pueden aprender a superarse a sí mismos. Todos nos alarmamos de
la generación, ni ni, pero vamos a dejar de culpar a los "niños" que
ahora son esa generación, y empecemos a observar qué es lo que hicieron sus
padres, y a enterarnos de una vez, qué es lo que ha pasado. Es una generación
que ha crecido en tiempos de abundancia, tiempos en que papá y mamá están
trabajando, y son padres ausentes, padres esforzándose por encontrar un futuro
prometedor para sus hijos, y tanto se esforzaron que se olvidaron de estar y de
educar a sus hijos. Su propio mal estar personal hizo que quisieran compensar
la ausencia con regalos, viajes, compras...niños a los que no les ha faltado de
nada, pero que se han acostumbrado a que se lo den todo, no han requerido más
esfuerzo que una pequeña rabieta o un par de gritos para obtenerlo, y a veces
ni eso, solo han dicho que deseaban tener "algo" para que uno de sus
padres ya se lo estuviera comprando. Se lo hemos dado todo, sin esfuerzo, y
ahora 20 años después queremos adultos responsables, maduros y que sepan
buscarse la vida. ¿No ven que eso es IMPOSIBLE?
Yo siempre he dicho que los niños
son un auténtico reflejo de sus padres, hablan incluso como sus padres, tienen
sus gestos, y me inclino más siempre hacia la madre ya que solemos pasar más
tiempo con nuestros hijos, y nos involucramos mucho más en su educación y en su
bienestar. Observémonos por unos momentos a nosotros mismos, a la educación que
hemos recibido, a cómo nos han tratado nuestros padres, y en lo que nos hemos
convertido a día de hoy. ¿Crees que eres capaz de buscarte la vida, solucionar
tus problemas, y encontrar soluciones? Yo me atrevería a decir que seguro que
sí, y si crees que no es así será porque quizás no has tenido la necesidad de
hacerlo, pero estoy segura de que podrías hacerlo. Observamos ahora cómo nos
educaron nuestros padres, todo eso que pensamos que hicieron mal y por eso
intentamos hacer lo contrario con nuestros hijos, todo aquello que creemos nos
marcó nuestra vida, todo lo que nos hizo mal, todo lo que creemos que nos faltó
o que nos hubiera gustado tener...y después de pensar en eso, date cuenta, de
que eso exactamente es lo que te ha hecho un adulto maduro que puede solucionar
sus propios problemas y que es capaz de ser feliz con lo que tenga, y no
dependes de tener algo más, para sentirte mejor.
Agradezcamos nuestra educación
porque al fin y al cabo, eso es lo que ha hecho de nosotros lo que hoy somos, y
con esta reflexión empecemos a observar qué es lo que estamos haciendo con
nuestros hijos, y aunque nos encantara hacerles la vida más fácil que la que
tuvimos nosotros, no es posible hacerlo, es necesario que aprendan. Yo, hablo
de mí, me pasaba las tardes enteras peleando con mi hija sobre hacer los
deberes, casi nunca quería hacerlos, hasta que decidí darle la vuelta a la
tortilla, y solamente le decía unas dos o tres veces que si ya había hecho los
deberes, cuando su respuesta era no le decía; muy bien, pues vas a tener que
hacerlos. (Respuesta) No quiero hacerlos. (Yo) Muy bien, haz lo que quieras, tú
eliges, pero cada elección conlleva consecuencias, así que mañana tendrás que explicarle a tu profe por
qué no tienes los deberes hechos. Después de esto, había gritos por su parte de
disconformidad, y decía que no le importaba que ya se inventaría algo que decir
a su profe, a partir de ahí, yo ya no
entraba en la conversación, dejaba que se enrabietara y se solucionara ella
sola sus temas de no querer hacer los deberes. Porque este pasaba a ser un tema
intrapersonal, es decir, un tema con ella misma, y eso tiene que aprender a
solucionarlo sola. Tengo que deciros, que cada día hizo los deberes, y yo no
tuve que andar gritando y enfadándome por conseguir que hiciera sus ejercicios.
Y como en este tema con muchos temas
más, cada vez que decide hacer algo y sé que no le va a gustar el resultado se
lo explico, cuales son las consecuencias de sus decisiones, tengo que decir que
muchas veces hace que no me escucha, y según estoy hablando se pone a gritar o
a decir que me calle, yo la verdad, termino de decir lo que estaba diciendo y
después para mí se acabó la conversación, si ella quiere seguir hablando,
quejándose o diciendo lo mala que soy, ya no tiene que ver conmigo, tiene que
ver con sus "temas" y los ha de solucionar ella sola. De esta forma,
cada vez que me pregunta que hace sobre algo, me dedico a explicarla cuales son
las consecuencias de sus actos, si lo hace así de esta forma qué es lo que le
ocurrirá, si lo hace de la otra forma en qué desencadenará la elección.
Y personalmente me parece una
buenísima forma de tratar con los hijos, dejas de ser el responsable de su
vida, y ellos empiezan a tomar tanto las riendas de su vida, como la de sus
decisiones, dejan de ser títeres en nuestras manos, para ser responsables de
sus actos. Y si les sale algo mal, como si les sale algo bien, aprenderán lo
primero que ha sido responsabilidad suya, a lo cual deberán gestionar sus
emociones y aprender de sus errores y de sus victorias. Así hacemos hijos para
saber tomar decisiones y acarrear con las consecuencias, sean estas buenas o
malas.
Cortemos el cordón umbilical amigos,
demos a nuestros hijos su espacio, que todo dependerá de la edad de cada hijo
claro está, y sobre todo, hay que darles responsabilidades, sin cargas es
imposible madurar. Y esto es tan sencillo de entender, como observar nuestro
entorno, niños sin responsabilidades ni cargas, hoy no son capaces de
llevarlas.....
Seguimos en contacto, gracias